Nuestro cuerpo es una máquina compleja compuesta por 11 sistemas que funcionan juntos para mantenernos con vida; el cuerpo tiene la capacidad de adaptarse cualquier circunstancia, trabajo o actividad. Las respuestas fisiológicas del cuerpo dependen del tipo de actividad (entrenamiento) que realicemos.
Tipos de ejercicio
Existe entrenamiento aeróbico y anaeróbico; cuando nos ejercitamos nuestro cuerpo experimenta una serie de respuestas metabólicas y cada una de estas varía en relación al tipo y duración del ejercicio.
Ejercicio aeróbico
Son actividades como correr, trotar, pasear en bicicleta, caminar, nadar, bailar, etc.; generalmente conocido como “cardio”. Estos ejercicios son de intensidad moderada y de larga duración, la energía requerida para este tipo de actividades se obtiene mediante la oxidación de grasas principalmente y para oxidar grasa se requiere la presencia de oxígeno, de ahí deriva el nombre de aeróbico (en presencia de oxígeno).
Algunas de las adaptaciones que el cuerpo tendrá como consecuencia de este tipo de entrenamiento son:
Incremento en la capacidad del cuerpo para transportar oxígeno como resultado del aumento en el número y tamaño de los vasos sanguíneos (capilarización).
Quema de ácidos grasos durante el ejercicio
Mayor capacidad aeróbica
Mayor desarrollo de las fibras musculares de contracción lenta
Incremento en la densidad de mitocondrias musculares
Si alguien hiciera exclusivamente ejercicio aeróbico por un año notaría que su ritmo cardíaco de reposo y presión arterial son más bajos como resultado de la capacidad de transportar oxígeno, la mejora en el sistema cardiovascular y el crecimiento de las fibras musculares cardiacas; mejoraría su composición corporal, su porcentaje de grasa corporal sería menor, su VO2 max (el rango más alto de consumo de oxígeno de una persona en determinado tiempo) aumentaría y sentiría que el ejercicio es más fácil que cuando inició, pero no podemos esperar hipertrofia (aumento en el tamaño de las fibras musculares) muscular haciendo solo este tipo de entrenamiento.
Entrenamiento anaeróbico
son actividades como levantamiento de pesas, pliométricos, sprints y básicamente todos los ejercicios que son explosivos y que duran poco tiempo. Nuestro cuerpo obtiene la energía de las reservas de glucógeno (provenientes de los hidratos de carbono) en los músculos y en el hígado, para este sistema de creación de energía no se requiere la presencia de oxígeno. Algunas de las respuestas fisiológicas del cuerpo a este tipo de entrenamiento son:
Incremento en el número y tamaño de las fibras musculares de contracción rápida.
Hipertrofia muscular.
Incremento en la tolerancia del ácido láctico.
Incremento en los niveles de hormona de crecimiento.
Una persona que realice exclusivamente ejercicio anaeróbico por un año notará un aumento en sus músculos, adaptaciones en el sistema cardiovascular (el cuerpo necesita que el suministro de sangre sea eficiente para poder enviar suficiente oxígeno a los músculos), nuestro sistema endocrino experimentará cambios y la capacidad de almacenamiento de ATP y CP será mayor (ATP: Adenosín trifosfato, es la molécula de intercambio de energía que se utiliza para la contracción muscular. CP: Fosfato de creatina, molécula almacenada en las células que se utiliza para resintetizar ATP).
Como verás ambos tipos de entrenamiento tienen beneficios, lo más recomendable es tener un programa de entrenamiento que incluya los dos, pero también se tienen que tomar en cuenta las preferencias personales y metas o si se está entrenando para algún deporte en específico.
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